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La pinacoteca de los días

El ángel se cansó de ser bueno (Fallen Angel)

El ángel se cansó de ser bueno (Fallen Angel)

Y ángel se cansó de la bondad, del amor, y de los mensajes que enviaban quienes falsamente decían verle. Aquel ángel se había caído del Cielo cuando le dijo a Dios, que dejaba su trabajo, que no deseaba seguir con aquel sucio trabajo. Él conocía a Dios, era su jefe y sabía de lo que era capaz, sabía que existía, su realidad era palpable, pero se preguntaba porqué dejaba que fanáticos y gentuza usara su nombre para justificar lo injustificable, y lo que era más mortificante cómo permitía que se pervirtiera y manipulara el mensaje que él y su hijo predicaron. Dios le respondió que era el libre albedrío lo que permitía esas atrocidades, sin embargo, esa repuesta no le gustó al ángel y le mandó de muy mala manera a hacer puñetas. Tras esta acción fue descendido ipso facto a la Tierra, y debía dar gracias de haber sido enviado al Infierno. Dios mostraba su cara más iracunda, su parte más desagradable.

 

El ángel lejos de sentirse entristecido por lo sucedido, se alegró de haber tomado aquella decisión tan radical, porque estaba cargada de honestidad. Todo esto sucedió al despertarse, estaba tirado en una calle aledaña a la Alameda de Sevilla. Era sábado y era un gran día, por primera vez en 20 años se permitía al grupo de anarco-punk 'Los muertos de Cristo' tocar en la capital. Para festejar ese gran concierto, mucha gente se dirigió a la Alameda, para tomarse unos buenos litros de cerveza, y con unos buenos 'lotes' se brindaba por la buena música y por la libertad de expresión. Ante la algarabía y el ruido, el ángel se adentró en la plaza, miraba a la gente y la gente le devolvía el gesto, aún conservaba sus alas, aunque ahora tenían un aspecto mugriento, por lo demás su aspecto era como el de cualquier joven de principios del siglo XXI. Provocó las risas de muchos, otros incluso le agredieron, sin embargo, un grupo de góticos le vieron y le dejaron compartir con ellos los 'manjares' de los cuales disponían. Le dejaron por el mero hecho de tener una aspecto distinto, ellos sabían de que iba el tema. Pero la conversación no iba con él, hablaban de cosas terrenales que él por supuesto se había perdido, así que cogió el litro que le habían dado, y se largó a una esquina apartada, en unas de las sinuosas calles que rodeaban a la plaza. Allí sentado en un portal, en un rapto de desesperación se intentó arrancarse las alas, pero era inútil estaban unidas a su espinal dorsal, de hecho, el intento de arrancarlas le provocó unas pequeñas heridas de la que emanaba sangre, aunque esta no tenía el característico color rojo de la sangre humana, esta era negra, muy viscosa y muy maloliente. Sabía que se había convertido en un semi-humano mortal, y encima marginal, pero al menos se consolaba con el hecho de saber que se había enfrentado a Dios. Desde aquel momento, el ángel se cansó de ser bueno, "me llamaré Fallen Angel" dijo autosuficiente. Desde aquel día en su cara se vía reflejada la incongruencia de la existencia humana y celestial, desde aquel día supo que no existía más oscuridad que la que uno mismo se podía crear. También le caía una lágrima por la mejilla, sabía que Dios no era más que un cuento, que habían introducido en su mente intencionadamente para evitar en la medida de lo posible su miedo a la muerte.

Graffiti de Bansky.

1 comentario

Jota -

Es una historia bastante curiosa y original respecto a un tema muy manido como es el de la luz de Dios y su pérdida en los abismos. Lo de "marginal" tiene todo el arte XD.