Corazón
Te dejaré el corazón el la mesa del escritorio. Ya, ya sé que no te sirve para nada, que nunca te llamó la atención, que te estorbará en todas partes. Ya sé que nunca quisiste de mí que te lo enseñara, al contrario, todo lo que fuera llegar a esas alturas sobraba. Esa fue la condición, la advertencia a las puertas del cielo, un pase de temporada, un final inscrito en la primera caricia, en el primer beso. Nunca me engañaste, por eso mis oídos dan la espalda a todos aquellos labios fieles que se empeñan en llamarte de todo menos por tu nombre. Tu libertinaje ha sido definido con títulos algo vulgares por la oficina, eso lo sé desde que sé que existes. Lástima que yo sea el único que nunca lo ha considerado como tal, sino como una libertad propia de una mujer irrepetible, lo suficientemente única para convivir con un hombre a largo plazo, porque ninguno, al menos todavía, ha sabido estar a tu altura. A ti, princesa, los príncipes azules se te duermen a media faena.
Pero lo más irónico de todo esto es que sea yo el que mejor te conozca y en ocasiones, el que mejor te comprenda. Y si digo en ocasiones, es porque si te comprendiese de verdad hubiera prolongado mi billete de ida y vuelta a solo ida, y hoy no estaría dejándote mi corazón en un papel arrugado, para no mancharte de sangre el escritorio.
10 comentarios
Jota -
carli -
carli -
Jota -
Un placer verte por aquí en este tu blog.
Jota -
Tus dos blogs están enlazados ya a nuestra galería :).
Un saludo.
CalheR -
"¿De qué color es la nieve?"
Me ha dejado trastocás las neuronas...
CalheR -
Isabel -
Genial :)
Jota -
Y bueno también dice Extremo eso de: "me encuentro a mi princesa hablando con la luna" jejeje.
Mechanical -